Muchas heridas emocionales están causadas por padres terrenales que no saben amar o estar presentes. No obstante, cuando se conoce realmente al Padre Dios el Padre celestial para quien ningún problema es demasiado grande o insignificante, se experimenta el poder sanador de su amor.
Apoyado en las Sagradas Escrituras y en experiencias vividas en tres continentes, Floyd McClung ilustra de forma reconfortante el afecto generoso que fluye del corazón de Dios. Muestra gentilmente nuevas formas de responder al amor del padre y superar la desilusión, derribar las barreras del orgullo y la independencia, vencer la inseguridad, restaurar relaciones rotas, ser un padre o madre para otros en el Señor.