Cuántas veces Dios tiene que usar un desierto espiritual, material o emocional para llevarnos a comprender algo en nuestras vidas, pues de otra forma no lograríamos entenderlo. Los desiertos son las pruebas usadas por Dios para pulirnos y sacar lo mejor de nosotros.
No siempre estaremos en el desierto, pero lo cierto es que todos debemos pasar por ese proceso.
Este testimonio de vida fortalecerá su fe, le ayudará a creerle a Dios para cuando se nos presenten los imposibles tengamos en cuenta que Dios todo lo puede.
Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jeremías 31:2