¿Realmente Existen los Padres Perfectos?
La perfección es el enemigo de la crianza de los hijos. Es admirable querer ser buenos padres. Pero a veces al hacerlo, se deja de lado la gracia, tanto para sí mismos como para sus hijos. Podemos convertirnos en padres fariseos, criando reglas interminables y estableciendo pautas imposibles de alcanzar. Pero Dios no quiere que seamos perfectos, ni tampoco nuestros hijos necesitan que lo seamos. Como padres, estamos llamando a hacer todo lo posible. Y cuando fallamos, tenemos la obligación de volver a intentarlo. Aunque Jim es el presidente de Focus on the Family, no promete que este libro será un catalizador para formar una familia perfecta. Pero puede señalar la dirección para tener una buena familia, que se sienta segura y sea acogedora, llena d amor y sonrisas.