"Cuando Richard Sigmund murió en un grave accidente de tráfico, estuvo muerto ocho horas.
Dios lo llevó al cielo. Se sentó en el trono de Dios, habló con Jesús, vio a los apóstoles y habló con ellos. Tiene la descripción más extensa del cielo de todas. ¡Richard hace que Dios sea tan cercano como el aire que respira! Al haber ministrado por todo el mundo con él en muchas ocasiones, sé que su amor por otros le hace orar por los enfermos hasta que la última persona haya sido tocada por Dios. El cielo desciende, y Dios es glorificado." -- Dra. Loretta Blasingame, fundadora de Loretta Blasingame Ministries y autora de Is Anybody Up There?