El temor y el pánico no se limitan a ataques terroristas, ni a pistoleros enloquecidos en las aulas estudiantiles. El pánico ahoga la vida de muchas personas que están al otro lado del escritorio de un médico, de un abogado o de un banquero.
El autor nos comparte historias impactantes de personas que han sido rescatadas sobrenaturalmente de situaciones espantosas y de toda clase de ataques. Basados en el verso: “El perfecto amor echa fuera el temor” nos anima a mantenernos firmes en la fe y no temer.