He Visto tus Lágrimas...
Tú cuentas mis idas y mis venidas... ¿no están mis lágrimas en tu libro? (Salmo 56:9)
El cristiano puede conocer la felicidad, aunque su vida vaya acompañada de lágrimas, sufrimiento, soledad, enfermedad, decepciones, rupturas o incluso de persecución.
Dios ve y oye todas estas lágrimas, incluso los sollozos. Nos consuela, nos da respuestas amorosas.
A través de Su Palabra, la Biblia, nos ayuda a sobrellevar la ira, la ansiedad, el miedo, la tristeza. En cambio, puede llenar nuestros corazones con paz, serenidad, valentía y alegría.