El profeta Hageo tiene el honor de ser llamado el enviado de Jehová para revelar al pueblo el mensaje de Dios en un día de ruina y debilidad exterior.
Sus oráculos (mensajes, profecías...) están dirigidos a Zorobabel, gobernador de Jerusalén, a Josué, el sumo sacerdote, y a todo el pueblo.
Este profeta fue, pues, enviado a los judíos venidos de la cautividad de Babilonia a Jerusalén en los días de Ciro, rey de Persia.
Las circustancias recordadas por Hageo están relatadas en los capítulos 5 y 6 del libro de Esdras.